Del quechua “Antaqullu” que significa cerro de cobre, esta comuna se ha presentado históricamente como minera y desde sus orígenes en el siglo XVII, la comunidad se ha basado en esta actividad para su desarrollo monetario. No obstante, ha surgido una serie de servicios y desarrollo de la artesanía, ambas vinculadas principalmente a la explotación de los recursos turísticos ligados a la cultura y la historia de la localidad, relacionados tanto con la veneración secular de la Virgen de Andacollo como con su condición de pueblo minero. Para incentivar las visitas a la zona, el proyecto PDT Turismo Andacollo ha logrado incentivar a la comunidad a ser partícipe del desarrollo turístico, basado en las tradiciones y características que se destacan en la zona.
“El trabajo parte del convencimiento de que Andacollo es un lugar privilegiado con una vocación minera y religiosa expresada en su importante historia, aún hoy apreciable en aspectos tan típicos como la permanencia de medios de extracción del oro, antiguos y ya en desuso, y en lo religioso la existencia de importantes celebraciones a lo largo del año, que por lo colorido y festivo atraen un público variado no necesariamente creyente”, expresó Pablo Retamal, director del PDT Turismo Andacollo. Sí bien la idea es darse a conocer, los agentes involucrados en el proyecto quieren que los visitantes se “empapen” de la ciudad. Así lograr un turismo “experiencial” que sorprenda con las riquezas del sector. “Estamos empezando con algunos tour y debemos potenciar el área de las costumbres locales. Las iglesias, la Virgen y el museo se mueven solos. Debemos romper la estacionalidad y lo podemos hacer rescatando relatos y figuras locales”, recalcó Claudia González, profesional del turismo de PDT Turismo Andacollo.

FUERTE MINERO. »

“De las Entrañas de la Tierra” es la prueba fiel de que la tecnología no deshace las tradiciones. En un recorrido de aproximadamente una hora, los visitantes tienen la oportunidad de conocer a Oscar Melbrán, pirquinero que por décadas ha escarbado la tierra buscando y lavando el preciado oro. Este hombre esforzado aún baja solo todos los días a 100 metros de profundidad con su lámpara, capacho y demás instrumentos. Saca aproximadamente 20 cargas diarias de sesenta kilos cada una para poder conseguir algunos gramos del mineral dorado, haciendo de esto un atractivo para los turistas que no conocen sobre la antigua forma de minería y su sacrificio. Oscar es la última persona que sigue trabajando la minería artesanal en la comuna, requisitos que lo han transformado en un personaje típico. “Muchas veces me dicen por qué sigo haciendo esto aquí solo, llevo 30 años y de mi familia soy el único que sigue vivo y trabajando en esto. Pero de aquí no me moverán”, indicó el pirquinero.
Otros tours de la misma índole son Trabajando en los Trapiches y La Ruta del Oro. Aquí se puede conocer el trabajo más industrializado de los metales. Recorridos que nos enseñan cómo las grandes rocas llegan a convertirse en una joya, abarcando grandes maquinarias, explicaciones de los procesos y una demostración tácita de la transformación del mineral. Durante la visita se pueden observar los distintos tipos de oros con los que trabajan, entre los se reconoce el oro fino, mediano y grueso. El primer tour mencionado lo realiza Juan Carlos Pastén, otrora minero, quien ha trabajado mucho el relato turístico. Él destaca la calidad de los trapiches andacollinos, agregando que mineros de la Tercera y Quinta regiones se trasladan hasta la comuna para trabajar los metales. “Si viene gente de otros lados es por la calidad. Aquí queremos demostrar cómo trabajan los mineros. Deseamos que la gente valore esta labor que es tan relativa, a veces se obtienen unos cuatro gramos por tonelada y ahí recién el negocio es rentable, eso la gente no lo sabe”, enfatizó el guía.

DEVOCIÓN RELIGIOSA »

El carácter religioso en Ancacollo es inmanente a la localidad. Dos iglesias contornean la plaza que se reconstruyó pensando tanto en la belleza como también en la comodidad de los “bailes chinos” que concurren a las fiestas, acuerdo realizado entre la municipalidad y la Iglesia. La Basílica mayor es testigo del fervor de los fieles por la Virgen de Andacollo, que cada año asisten a las fiestas chica y grande. Aquí se cobijan a quienes agradecen y piden los favores a la “Chinita”. La utilización de velas quedó prohibida debido a la construcción de madera de la iglesia y es algo que los turistas deben saber, ya que algunos aún llevan estos elementos prendidos y generan peligros. La Iglesia menor, también conocida como Templo Chico es el hogar de la Virgen durante el año. Además cuenta con un museo de ofrendas y un espacio dedicado a la reflexión y espiritualidad. Si bien se comenzó con un trabajo de reconstrucción, las obras están paradas y se espera contar con los recursos que traerían incluso nuevas campanas desde Europa. “Aquí todo está muy cargado de emoción. Hay muchos elementos guardados en los salones del templo de menor tamaño, estos van desde vestidos de novias hasta títulos universitarios. Todos los trae la gente luego de haber cumplido alguna manda”. En un comienzo hubo difuntos enterrados en la iglesia, estos pertenecían a las familias con mejor situación económica, pero los restos fueron trasladados al Cementerio Parroquial.

Horarios:

Museo Iglesia Menor
Lunes a viernes:
10:00 a 13:00 horas y 15:00 a 19:00 horas.
Sábado y domingo:
10:00 hasta las 19:00 horas.

Contacto:

Tour:

En búsqueda del oro: Andrea Castillo, Nº +569 98355022

Trabajando en los Trapiches: Juan Carlos Pastén, Nº +569 99193637

La Ruta del Oro: Alejandro Monreal, Nº + 569 98320736

Ambas iglesias cierran sus puertas entre 18:00 y 19:00 horas.

( Fuente: Diario El Día )