La explosión demográfica, el cambio climático y la intensificación del uso de suelo ha provocado una alta tasa de erosión de la tierra y una creciente falta de recursos hídricos en la región.
EL 28% de las reservas de agua dulce están en Sudamérica, en donde reside sólo el 6% de la población mundial. Sin embargo, el 23% del territorio está cubierto por zonas áridas y la región continúa experimentando un deterioro de la calidad del agua debido a las altas tasas de deforestación y erosión del suelo.
La OCDE sostiene en su informe sobre gobernabilidad del agua en América Latina que parte importante del problema se debe a que el 92% de los países de la región está manejado por enfoques sectoriales que les impide asumir políticas efectivas en torno al problema, así como a una falta de consensos alrededor de su gestión. Además, la crisis financiera ha restringido en muchos países la inversión de capital en el aumento de la seguridad hídrica. Según el documento, la disminución de los recursos hídricos ha provocado un deterioro general de la salud de la población, una baja en la productividad, en el ingreso y la calidad de vida.
En tanto, la organización Global Water Partnership (GWP) sostiene que para 2050 los recursos hídricos en la zona amazónica, una de las más ricas en agua de la región, se verán drásticamente reducidos, lo que provocaría que entre un 30% y 60% de la selva podría ser abrupta e irreversiblemente sustituido por un tipo de sabana seca, con pérdidas en gran escala de biodiversidad, medios de vida y recursos económicos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica en una investigación sobre el agua, que casi la mitad de la población de las regiones en desarrollo (unos 2.500 millones de personas), todavía no cuentan con instalaciones de saneamiento mejoradas.
El organismo espera que para finales de este año, el mundo habrá logrado sólo el 67% de cobertura. A su vez, la OCDE sostiene que en América Latina una de cada diez personas carece de acceso adecuado al agua potable y una de cada cuatro, no tiene servicios eficaces de saneamiento. Según las estimaciones del Banco Mundial, en 2025, 48 países vivirán algún tipo de escasez de agua, afectando a más de 1.400 millones de personas.
Mientras que para 2035 esta cifra aumentará y ascenderá a unas 3 mil millones. En tanto, en Latinoamérica, el 60% de las viviendas urbanas y rurales que tienen acceso al agua carecen de abastecimiento continuo y unos 116 millones de personas (13% de la población urbana y 52% de la rural) no cuentan con acceso a servicios sanitarios. Brasil, Colombia y Perú están entre los diez países que concentran las mayores reservas de agua del mundo, según el estudio realizado por GWP.
Por otra parte, tres de las principales cuencas fluviales se encuentran en la región: Orinoco, Río de la Plata y Amazonas, además del acuífero Guaraní, uno de los mayores cuerpos de agua subterránea del mundo con más de 40 mil m3 de agua en las napas subterráneas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, Brasil, en tanto, ha sido uno de los países que ha resultado más afectado por la escasez, puesto que actualmente atraviesa por la mayor sequía de su historia, lo que ha provocado el riesgo de un racionamiento eléctrico, entre otros.
Esta situación ha afectado la producción agrícola y provocó un alza en los precios, por lo que la inflación se ha disparado. Pero la situación parece alcanzar una cierta estabilidad, debido principalmente a la baja en el consumo eléctrico.
“Las tarifas se han ajustado significativamente este año como parte de la realineación de la economía, por otro lado las finanzas brasileñas siguen demostrado cierta debilidad, lo que también hace que la demanda para el consumo, especialmente energía eléctrica, no sea tan fuerte. Es por eso, y también sumado a la mejor precipitación que se ha visto en febrero y marzo, que el riesgo de un racionamiento haya disminuido en el corto plazo”, dice Erich Arispe, analista de Fitch.
El analista sostuvo que las medidas que está tomando Brasil “van por el lado del ajuste de los precios relativos y por otro lado va por una campaña más de fondo que busca mejorar la conservación. Pero la misma debilidad de la economía y los ajustes que se están haciendo dificulta ver la efectividad de los esfuerzos en esa política conservacionista”, por lo que se avisora un futuro incierto para el país en materia de escasez hídrica. En tanto, para tratar de hacer frente a la creciente crisis hídrica en la región, se han implementado diversas iniciativas.
En México se creó el Organismo de Cuenca (OC), a partir de 13 oficinas regionales de Conagua ya existentes, con el fin de formular políticas regionales, diseñar programas para implementarlas y realizar estudios para estimar el valor de los recursos financieros que se generen en sus jurisdicciones a partir de la explotación del agua. En Panamá, surgió la Comisión Interinstitucional de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá, cuyo objetivo es conservar y gestionar los recursos hídricos de la cuenca, y a la promoción de su desarrollo sostenible.
Para ese fin, el organismo debe desarrollar mecanismos de implementación de estrategias, políticas, programas y proyectos para su conservación. Perú. por su parte, llevó a cabo el Proyecto de Modernización de la Gestión de los Recursos Hídricos, cofinanciado por el Banco Mundial y el BID, con el objetivo de realizar pruebas en seis de las principales cuencas fluviales del país para obtener los datos necesarios para mejorar su gestión y conservación.
Fuente: Pulso