Las cifras no engañan. Según antecedentes de la COMPIN, la hipoacusia, o pérdida de la audición, es una de las principales enfermedades profesionales en Chile (63,2%). Otros estudios señalan que el 80% de las incapacidades permanentes por esta causa se deben a la exposición a ruidos molestos.
Una persona puede desarrollar hipoacusia al exponerse a presiones sonoras iguales o superiores a 85 decibeles, en una jornada laboral de 8 horas diarias. La disminución de la audición no se percibe de inmediato, ya que las primeras afectadas son las frecuencias altas, siguiendo con el tiempo las moderadas y bajas. El problema puede alcanzar niveles que afecten, incluso, al lenguaje.
Otro efecto del trauma acústico es la tinitus, un ruido permanente y molesto que se percibe en las noches y que por su baja probabilidad de tratamiento, puede provocar, además, desde irritabilidad hasta angustia en el afectado.
Tres expertos de la Asociación Chilena de Seguridad, AChS, explican los alcances de esta enfermedad. Mario Maturana, jefe de Salud Preventiva, dice que la hipoacusia «afecta la capacidad para interactuar tanto en el trabajo como socialmente, impactando la calidad de vida, dificultando la comunicación y alterando las relaciones interpersonales».
Adel Schneider, coordinadora nacional de Medicina del Trabajo, agrega que los grupos más afectados corresponden a quienes trabajan en producción de áreas industrializadas (mecánica, mantenimiento, soldadura), trabajadores de áreas de la construcción y minería y mantenedores de aeronaves en tierra.
«Debido a que el tipo de tareas con mayor riesgo de generar la hipoacusia son realizadas por hombres, es la población masculina la más afectada», acota.
En cuanto a la edad, no hay un grupo etario definido, pero mientras mayor sea el tiempo de exposición y mayor la edad, se notará un aumento en la incidencia.
Por su parte, Jorge Hermosilla, experto en Higiene Ocupacional, comenta que la exposición al ruido ocupacional está regulada por ley y que las obligaciones de los empleadores al respecto incluyen implementar las medidas de control recomendadas por el organismo administrador del seguro y de un Sistema de Gestión para el agente Ruido. «Esto considera programas de vigilancia ambiental, de la salud y de Protección Auditiva para trabajadores expuestos ocupacionalmente a ruido, con apoyo del organismo administrador del seguro, con la finalidad de gestionar de manera adecuada el agente ruido y su exposición en los diferentes lugares de trabajo». Agrega que los trabajadores también tienen responsabilidades. Entre ellas, cumplir con los procedimientos, indicaciones y requerimientos que sus empleadores consideren necesarios para la protección de la salud auditiva y realizarse las evaluaciones de salud efectuadas por los administradores del seguro.
( Fuente: El Mercurio )