La minería chilena enfrenta significativos desafíos estratégicos que hoy afectan su competitividad, pero que sólo han sido identificados y cuantificados parcialmente. El alto costo operativo anual del sector ha sido impulsado por el aumento de los precios de los insumos principales (energía y agua), la acelerada reducción de las leyes de los minerales en las últimas tres décadas y la insuficiente gestión del mantenimiento que representa cerca de un tercio del costo operativo y el consecuente deterioro de sus equipos e instalaciones. «Sumado a esto, la estimación a la baja del precio del cobre, bordeando los US$ 3 la libra para 2015, la creciente judicialización en la obtención de permisos/autorizaciones y el aumento de la presencia del Estado en Royalties y otros impuestos, han prolongado los plazos y el proceso de toma de decisiones en la partida y el desarrollo de los megaproyectos estructurales», señala Sergio Adauy D., Managing Director de GSAPGROUP®.
Añade que es sabido que para aumentar la productividad, no es posible consumir menos agua y energía. «Ello, si entendemos que en los últimos años ha habido avances significativos en la optimización del consumo (TWh) y aportes de generación eléctrica realizados por la gran minería. Estos esfuerzos son muy acotados y todavía no se hacen sentir, ya que actualmente siguen representando una quinta parte del costo operativo anual en la mayoría de las empresas mineras», subraya el ejecutivo.
Agrega que el escaso y caro recurso del agua (USD/m3), también conlleva costosas inversiones en plantas desalinizadoras (sólo un tercio está en operación, aportados por la gran minería). «Mejorar, o mejor dicho mantener, la productividad que ha tenido la minería chilena provocada por la baja en las leyes de los metales, dependerá principalmente de la materialización de los proyectos estructurales», dice Adauy.
No obstante todo lo anterior, todavía existe otro gran foco que representa el tercio mayormente optimizable. «Me refiero a los costos de mantener los activos, los cuales deberían ser mejorados mediante la Gestión de Mantenimiento y más ampliamente con la correcta implementación de los procesos de la Gestión de Activos Físicos (ISO 55000). En Chile, el estado de madurez organizativo del mantenimiento en la industria minera, prevalece lamentablemente entre reactivo y planificado. Esto conlleva altísimos costos (directos, indirectos y costo de oportunidad) por ‘suponer’ que cosas básicas ya están funcionando o fueron implementadas exitosamente en su oportunidad», enfatiza.
Dice que ejemplos concretos de esto, son planes de mantenimiento existentes que no están conectados a los modos de fallas de los equipos críticos (arreglo un equipo y falla el que está al lado), modelos de negocio incompletos, descontextualizados y difíciles de implementar, cadena de valor externalizada (funciones y actividades críticas del negocio en manos de terceros), administraciones con el tradicional pensamiento orientado a los resultados de corto plazo, en desmedro de la salud de los activos que impedirán lograr el cumplimiento de metas y focos de mediano y largo plazo.
( Fuente: El Mercurio )