Hoy tiene 39 años y se prepara para celebrar su llegada a los 40’ el próximo mes. Su humildad no ha cambiado, menos su buen humor.
Claudio Acuña Cortés sonríe mientras lo saludamos luego de 5 años, tiempo que ha transcurrido desde su rescate en la mina San José.
Oriundo del Altar de El Maitén, comuna de Punitaqui, este padre de 4 hijos en la actualidad está radicado junto a su familia en la capital limarina, donde se ha desempeñado como temporero agrícola. Atrás quedaron los años de faenas mineras, aunque asegura que espera volver algún día.
Desde niño estuvo cerca de un yacimiento, incluso abandonó sus estudios en octavo básico para trabajar junto a su padre, quien falleció un día 22, misma fecha que en agosto del 2010 asomó en la superficie el mensaje “Estamos bien en el refugio los 33”.
El amante del fútbol que guarda como tesoro una camiseta obsequiada por Arturo Vidal y otra de Mauricio Isla hoy se ve enfrentado a una realidad laboral en la que le han cerrado algunas puertas, según él, por estar encerrado a 700 metros de profundidad en la Región de Atacama.
Claudio, quien hace pocos días posó para una fotografía junto Antonio Banderas, protagonista de la película Los 33, en la gala del avant premiere, recuerda junto a El Ovallino lo ocurrido hace exactamente 60 meses, cuando él se desempeñaba como jumbero (labores de perforaciones al interior de la mina).
-¿Qué ha sido lo más difícil de vivir luego de lo ocurrido en la mina San José?
“Lo que más nos ha afectado es buscar trabajo. En mi caso personal se me han cerrado las puertas, los jefes piensan que ‘los 33’ tenemos problemas psicológicos y no es así, es por eso que debí abandonar las minas y ahora estoy trabajando en labores agrícolas, pero espero que sea temporalmente.
En la actualidad estoy manejando furgones para transportar a temporeros, pero también trabajo en eso, como por ejemplo podar”.
-¿Después de lo vivido continúo trabajando en faenas de excavaciones?
“Sí, hasta unos dos años, mi último trabajo en minas fue en Tambillo”.
-¿Qué ocurrió con amistad y unión que transmitían los 33 a los chilenos? ¿Alguna vez se volvieron a reunir?
“Nos juntamos un grupo nada más, y sólo en ocasiones especiales, como reuniones y algunas actividades a donde nos invitan. La única vez que se reunieron nuevamente a los 33 fue cuando se grabó el final de la película”.
EL DERRUMBE DE LA MINA
-¿Qué recuerdas del día del derrumbe?
“Llevaba tres días en la mina, yo iba por sólo un mes a trabajar, para luego ser trasladado a La Serena por la misma empresa. Es paradójico pero iba por un mes y me quedé 70 días encerrado”.
-¿Qué fue lo más fuerte que tuviste que soportar atrapado en el yacimiento?
“Lo más difícil de estar atrapado fue pensar en la muerte a cada rato, como si ella estuviera a mi costado, el saber que te estás muriendo en vida. No se comía, había poca agua, y que se nos venían recuerdos a la mente. Fue muy sufrido saber que los sondajes que realizaban desde la superficie pasaban y pasaban y nosotros seguíamos esperando, incluso saber que muchas personas nos daban por muertos”.
-Muchos comentarios trajo el mensaje “Estamos bien en el refugio los 33”, entre ellos que jamás se escribió al interior de la mina…
“Yo puedo dar fe de que sí se escribió, porque lo hizo mi compañero y amigo José ‘pelado’ Ojeda, él fue el autor del mensaje. José fue muy importante para mí en ese encierro, fue mi apoyo y nos hicimos muy amigos”.
– Luego de estar 70 días atrapado al fondo de una mina ¿la vida se valora de otra manera?
“Claro, con otros ojos. Aprendí a valorar la vida desde otra forma, ahora sé que mi vida vale mucho más que antes, antes no creía en estas cosas, no me cuidaba, ahora cambió esa percepción, sé que tengo que cuidarme, en la calle, cuando manejo, ahora miro diferente la vida y doy gracias por cada día”.
-¿Fueron difíciles los primeros días de encierro?
“Fueron difíciles, no todos teníamos la misma opinión, habían diferencias, algunos estaban más desesperados que otros, al final nos unimos y nos dimos cuenta que los 33 teníamos que ser uno solo. Después de los primeros días todos opinábamos, todos fuimos iguales, se perdió el orden de quién era el jefe de turno y los jefes, fuimos todos iguales”.
-Deben ser varias las historias que escuchaste en ese refugio…
“Miles (ríe). Pero la que más recuerdo es la de Yonny Barrios. Yo sabía su historia, siempre nos juntábamos, nos íbamos a la rampa a conversar y un día me conversó su historia, me habló de su niñez, ahí supe que era de Illapel, y después me contó que tenía dos mujeres afuera de la mina. Recuerdo como si fuera ayer que me dijo que si salíamos vivos iba a quedar ‘la cagá’, porque ellas no sabían”.
-¿Cómo viviste el ataque de los medios después del rescate?, estuvieron en varios canales de televisión…
“Para mí fue un infierno, yo no estaba preparado para hablar con los medios, incluso aún me cuesta hablar, porque he sido bajo perfil. Pero al saber que estamos dentro de la historia de Chile, debo enfrentar ese reto”.
LAS HUELLAS QUE DEJÓ EL RESCATE
-El gobierno comprometió apoyo económico para ustedes, ¿recibieron esos dineros?
“Al menos yo no, el único que ayudó fue Farkas (Leonadro), él fue la persona más importante, a muchos que se casaron los ayudó con casas, yo soy agradecido de él, gracias a su ayuda me compré mi auto, recuerdo que recibí cerca de $8 millones. El gobierno prometió hartas cosas pero nunca pasó nada, sí nos hizo viajar mucho”.
– El caso “los 33” incidió para que el gobierno ordenara mayores fiscalizaciones al Ministerio de Minería y al Sernageomin en las labores de extracción de mineral, ¿es muy precaria la realidad que viven los mineros chilenos, en materia de seguridad?
“Sabemos que este trabajo es muy difícil, y la precariedad es pan de cada día, pese a que hoy las autoridades están más preocupados por los mineros, aún falta mucho que hacer, todavía falta mucho trabajo de seguridad, aún siguen muriendo personas, el problema acá son los empresarios que no invierten en seguridad laboral”.
-Nunca te habías subido a un avión… ¿Qué países lograste conocer luego de salir de la mina San José?
“Fuimos a Estados Unidos, paseamos mucho, pero el mejor viaje que hice fue a la Tierra Santa, fue hermoso, antes no conocía otros países y soñaba en subirme a un avión, y después de estar encerrados 70 días salió cierto.
No nos han pagado mucho, pero sí nos llevaron a buenos hoteles”. ( Diario El Día )