Este miércoles se cumplen cinco años del derrumbe de la mina San José y los mineros contaron cómo están. Las penurias siguen marcando a muchos de ellos.
Un jueves 5 de agosto de 2010 se produjo una de las mayores tragedias mineras: el derrumbe de la mina San José.
Durante 70 días estuvieron atrapados 33 mineros a 720 metros de profundidad en el yacimiento de Cobre ubicado a 30 kilómetros de la ciudad de Copiapó.
Las labores de rescate comenzaron ese mismo día en la noche con el fin de poder ingresar por una chimenea de ventilación. Sin embargo, un nuevo derrumbe que se produjo el sábado 7 de agosto hizo imposible esta tarea.
Tras 17 días de búsqueda incansable, los mineros fueron encontrados con vida. Un mensaje que decía «estamos bien en el refugio los 33» encontrado en una de las sondas de perforación le devolvió la esperanza a las familias y a todo un país conmocionado con esta tragedia.
En este entonces, el ministro de Minería, Laurence Golborne anunció que el rescate sería el miércoles 13 de octubre. A las 00:10 se logró traer a la superficie al primer minero atrapado, Florencio Ávalos.
La operación tuvo un valor de entre 10 y 20 millones de dólares y hasta la fecha es el mayor y más exitoso rescate de la minería a nivel mundial.
A cinco años de ser rescatados, algunos de los 33 mineros, contaron cómo han sido sus vidas hasta hoy.
ETAPA SUPERADA
Mario Sepúlveda fue el segundo rescatado. Considerado como uno de lo más extrovertidos contó al mundo cómo se organizaron y las condiciones en que vivieron estos más de dos meses bajo tierra.
Actualmente vive en Santiago y se encuentra trabajando de forma independiente. «Tengo una pyme familiar con mi hermanos. Hacemos remodelaciones de construcciones y charlas motivacionales», dijo Sepúlveda.
Agregó que le gustaría estar en Copiapó «para ver cómo anda la cosa, pero bueno. Tengo vida y salud, ¿qué más le puedo pedir a Diosito?».
Luis Urzúa el último minero en ser rescatado, a cinco años del derrumbe en la mina, trabaja en el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). «Ya no tengo ningún problema con lo que pasó. Estoy bien, trabajando en un rubro parecido, en el museo mineralógico en Copiapó».
Por otra parte, Pablo Rojas, tras ser rescatado estuvo con licencia y posteriormente quiso trabajar de forma particular. Esto, lamentablemente, no le fue posible y se vio en la obligación de salir a buscar empleo. «Actualmente, estoy trabajando de perforista en la Compañía Minera Carmen Bajo en Copiapó».
Rojas confesó que desde el 5 de agosto de 2010 solo ha superado algunas partes de la tragedia. «Hay veces que igual llegan cosas a la memoria. Todavía marca lo que pasó», dijo.
Por su parte, Daniel Herrera contó muy entusiasmado que volvió a trabajar a la minería porque necesitaba hacerlo. «Trabajo en Calama, en la misma empresa que trabajaba pero ahora en superficie».
Tras un año y medio de tratamiento psiquiátrico, aseguró que pidió el alta médica y ya lleva tres años trabajando. «Yo ya superé lo que pasó. Lo único que necesitaba era sentirme útil porque estar en la casa ya me estaba haciendo mal», contó.
Jorge Galleguillos, el número 11 en salir a la superficie, no perdió el cariño por el lugar y hoy se encuentra trabajando en el Centro de Interpretación del Rescate en la mina San José. «Llega muchas a gente a conocer, estoy trabajando como guía turístico para la empresa que se ganó la licitación», indicó.
El trabajo que realiza Galleguillos es atender y guiar al público para mostrarle los ocho hitos emblemáticos que existen. «La gente se interesa mucho por conocer y queda muy agradecida, piensa que esto no se debe perder, debe seguir adelante y potenciarlo más», señaló.
Agregó que «busqué harto tiempo esta oportunidad y la estoy aprovechando al máximo. Además están conformes con el trabajo que estoy haciendo», concluyó Galleguillos.
ESTIGMA LABORAL
Omar Reygadas, vive en Copiapó y hoy se encuentra haciendo trabajos esporádicos ya que no ha podido conseguir uno estable. «A simple vista, el temor del empresario es que nosotros reclamemos por la seguridad o por los reglamentos internos de la empresas, los que muchas veces no se cumplen y obviamente como nosotros tenemos acceso a los medios de comunicación y a las autoridades, vamos a ser un problema para ellos», explicó el número 17 de los mineros rescatados.
Contó que por el momento está realizando mudanzas. «Compré el camión que se usó en la película para hacer fletes y al mismo tiempo, viendo la posibilidad de hacer algún negocio. Espero que en lo que me estoy embarcando, resulte», indicó Reygadas.
El duodécimo minero en salir fue Edison Peña, quien aseguró que le ha costado mucho salir adelante. «Todo lo que dijeron que pasaría no fue así. Cuatro años se demoraron en pagarnos la pensión a 19 de los mineros».
Tras varios intentos de encontrar trabajo, hasta la fecha se encuentra desempleado. «Mucha gente me ubicó, me dijeron que se necesitaban desde geólogo hasta constructores civiles y llegó hasta cierta parte y después no me llaman más, yo le llamo a eso la mano negra», puntualizó.
El domingo pasado fue el estreno mundial de la película que muestra la historia de vida de estos 33 hombres que quedaron atrapados más de 700 metros bajo tierra.
6 de agosto se estrenará la película en Calama. Se espera que las salas estén llenas en todas las ciudades del país.( El Mercurio de Calama )