La baja en el precio del cobre ha definido el actuar de las mineras desde siempre. Hoy, en un 2015 ya avanzado, han priorizado la reducción al máximo de los costos de operación, olvidándose un rato de los proyectos, no obstante intensificando su búsqueda de mejoras en la productividad.
Sin duda, esta situación implica un acercamiento multifactorial. Las autoridades de gobierno han manifestado en diversos foros la necesidad de que la industria haga una inversión en innovación de largo plazo, que analice sus procesos y en especial considere la no tercerización de ciertas operaciones.
Desde el ámbito privado, el aumento de la productividad va también apalancado, entre otras cosas, por el manejo del recurso humano. Y es en esto donde queremos profundizar. La minería es el sector productivo que registra el mayor porcentaje de profesionales y ejecutivos afectados por despidos.
Estos despidos no sólo afectan a trabajadores de bajas rentas, sino que al sector con mayores rentas del país. Gran parte de los desvinculados corresponden a los trabajadores de empresas contratistas, los que sufren el impacto directo por la baja del cobre, tanto por los cierres de contratos y la reducción de personal. Esta situación contrasta gravemente con el panorama a comienzos del 2011, con un mineral a un precio de 4,6 dólares la libra.
Por ello que las medidas de reestructuración y contención se enmarcan bajo cuatro ejes de acción: productividad de servicios; gestión de mantenimiento; eficiencia energética, y efectividad organizacional.
Hoy en nuestro país, hay profesionales que han profundizado su conocimiento en las operaciones mineras y se han especializado en un sector que tiene una tremenda demanda por hacerse no solo más productivo, sino además, sustentable. Se requerirá una nueva mirada a la industria y la incorporación de nuevos talentos para poder manejar el recurso más importante de la operación: las personas.
Experta en minería de Michael Page
Pamela González
( El Mercurio de Antofagasta )