Existen varios segmentos turísticos, de entre los cuales los individuos generan sus viajes motivados por un tema en particular. En el caso de la Región de Antofagasta, el tema puede ser en torno a la cultura local, a un producto típico de la región, a una actividad específica, tecnológica, social, etc., con los cuales es posible atraer al turismo de tipo religioso, de montaña, étnico, de minería, etnobotánico, entre otros. Cerca de 700 millones de viajes se producen anualmente en todo el mundo, de los cuales el 70 por ciento corresponde a un turismo convencional, en torno al sol y la playa en los países del hemisferio occidental, específicamente entre Europa y Norteamérica. El 25 por ciento de los viajes están motivados por “intereses especiales”, y en lo que corresponde a Chile esto guarda relación con los activos de naturaleza y cultura. El turismo de minería forma parte de este último grupo. En torno a ella existe una oferta global relativamente consolidada y algunos países han hecho de ella un producto muy competitivo y atractivo. Es el caso de Nueva Zelandia, Sudáfrica, España y Norteamérica. Por lo general, la minería está dentro de una oferta turística bastante diversificada. No solamente se reduce a conocer una experiencia de las actividades mineras, sino también se genera toda una industria de proveedores y de servicios en torno a este aspecto. El público vinculado al turismo de minería son los estudiantes en todos sus ciclos y carreras científicas, profesionales del ámbito de la minería y todos los sectores vinculados a la industria minera. En la minería del cobre, Chile tiene dos grandes atractivos: Chuquicamata y El Teniente, los que desde el punto de vista turístico movilizan, solamente desde EE.UU., 250 mil personas. Europa duplica la cifra si se calculan todos los arribos que tienen los distintos puntos mineros en España, Francia e Inglaterra. El turismo de minería está orientado, fundamentalmente, a transmitir todos los aspectos de naturaleza de un lugar y da a conocer los procesos mineros, la estructura y los métodos en torno a la actividad de extracción y a todos los procedimientos que indica la explotación. Buena parte de los atractivos mineros no se dan únicamente en yacimientos clausurados, sino también en yacimientos que están en proceso1 y en este ámbito se da a conocer la tecnología aplicada en el ciclo productivo de la minería.
TURISMO DE INTERESES ESPECIALES EN CRECIMIENTO
Se estima que en el año 2000 los extranjeros que visitaron Chile generaron ingresos por un millón de dólares aproximadamente. De ellos, 600 mil llegaron por “intereses especiales”, o sea, para conocer el sistema de parques de Chile, hacer pesca deportiva, observar pájaros, ver los paisajes del desierto, entre ellos los salares. Una buena parte de esta demanda está en San Pedro de Atacama. Si a la demanda por San Pedro de Atacama, que recibe cerca de 70 mil personas anualmente, se le suma aquella que tiene Uyuni, con 50 mil, nos encontramos con una demanda tremendamente atractiva para el desarrollo turístico en torno a atractivos de la naturaleza. Cabe destacar cómo se compone hoy día la distribución de los turistas que han visitado Chile por “intereses especiales”. La mayor parte se orienta a los parques nacionales. Cerca de 100 mil personas realizan actividades de montaña, que se vinculan mucho con la oferta de la macrozona norte, fundamentalmente en torno al sistema de volcanes, partiendo con los Payachatas y llegando al volcán Llullaillaco. Este último es el destino habitual, junto con el volcán Ojos del Salado, de quienes preparan las expediciones al Aconcagua. De estos, 91 mil asisten a eventos vinculados, como la fiesta religiosa de La Tirana, en los cuales también hacen uso de todo el sistema e infraestructura que tiene hoy día la macrozona norte en su conjunto. Incluida en esta están todos los caminos de acceso y toda la malla vial que facilita el transporte, formando uno de los encadenamientos importantes dentro del sector turístico. Luego, 60 mil personas asisten a eventos específicos, con determinadas actividades, como son los congresos médicos. El gasto diario de un turista de “intereses especiales” es superior al gasto promedio del turista de sol y playa. Creemos que son cerca de 300 millones de dólares los que se están produciendo hoy día por el turismo de “intereses especiales” en Chile, con un porcentaje bastante pobre dentro del total mundial de este tipo de turismo. En el caso argentino, que está dentro de los 40 primeros destinos mundiales, pasó del lugar 28 al lugar 22, sólo con la oferta que tiene la Península Valdés y la Patagonia, en el tema de los avistamientos balleneros.
OPORTUNIDAD PARA EL SECTOR MINERO
Hoy día distintos centros mineros han generado actividades en torno a la minería, ya sea recuperando los activos patrimoniales en torno a la conservación y la evaluación del patrimonio –como es el caso de Sewel y de algunas salitreras–, pero también aquellos que están en torno a la recuperación de la identidad local, no solamente de las comunidades residentes, sino que también de aquellas comunidades vinculadas a la minería. El proyecto que se ha desarrollado en torno a la minería de Lota es la que se presenta actualmente con el Chiflón del Diablo –en donde hemos recuperado el nombre histórico de la novela SubTerra, de Baldomero Lillo– que ha hecho de esa mina la única en el país que se puede visitar con ventilación natural y con todas las condiciones de seguridad que establecen los estándares SERNAGEOMIN. En ella se muestra el desarrollo de la minería a partir del siglo XIX con todas sus tecnologías mecánicas y mantiene el punto de vista de los productos que se desarrollan en Lota. Fundación Chile está trabajando dentro del plan general de reconversión de la minería de Lota y el turismo minero está centrado en rescatar la historia social de la minería y la historia productiva del carbón. Todo eso es parte de ese programa que, junto con ser tremendamente complejo, arroja grandes impactos desde la perspectiva de recuperar una identidad social de la minería y transmitirla a las nuevas generaciones y a todos aquellos que han participado en el proceso de desarrollo industrial de Chile. Hay cuatro puntos que actualmente se trabajan en Lota: la central hidroeléctrica de Chivilingo, la primera de América Latina, el Museo del Minero el Parque de Lota y el Chiflón del Diablo, uno de los atractivos más poderosos y que ha generado mayor interés a nivel nacional. Más del 50 por ciento de las personas que están visitando hoy día el Chiflón del Diablo provienen de ciudades ubicadas fuera de Concepción, la ciudad más grande situada en las cercanías de la mina. Como ya Miguel Ojeda lo ha dicho, el turismo en torno a los atractivos mineros de una zona abre nuevas oportunidades para las comunidades locales. Toda la provisión de servicios en términos del turismo tiene una cadena de valor tremendamente extensa, desde el punto de vista que genera demandas sobre el transporte, la gastronomía, los productos típicos locales, entre otros. No hay duda que en torno a la macrozona norte de San Pedro de Atacama los ejes de Putre y los valles interiores tienen producciones en las cuales hay productores indígenas que son, desde un punto de vista estructural, poco competitivos. Diría que son productores desaventajados y que cuya ventaja en este caso es la diversidad y la producción intensiva en mano de obra, una producción que es también rica en diversidad cultural biológica. Las localidades de Taladre, inserta al interior de la cuenca de Atacama, y Socaire producen una papa negra que es extraordinaria en términos gastronómicos y estéticos, y que, si bien no tiene sentido producirla a gran escala, sí tiene muchísimo sentido producirla si el mercado específico es ese. El desarrollo y expansión de la demanda implica mayores servicios y también modelos de gestión, ya sea desde el punto de vista ambiental o de buenas prácticas empresariales dentro de la minería2 .
TURISMO SUSTENTABLE Y DESARROLLO LOCAL
Como conclusión, en primer lugar, es efectivo considerar que existen ventajas claras que se asocian al desarrollo del turismo minero en el Norte Grande, en función de generar redes integradas de servicio. El turismo es una industria intensiva en empleo, además de generar dinámica y requerir provisiones de varios sectores. Esta función puede ser potenciada en una zona donde existen servicios e infraestructura de acogida, mallas viales y sistemas de comunicación. En segundo término, el turismo minero puede ayudar a diversificar la oferta turística. Uno de los grandes dilemas en la oferta de sol y playa, es que las actividades que ofrece son escasas y monótonas. Por ello, las personas comienzan a tener vacaciones cada vez más cortas y a generar mayor número de viajes. Una región debe tener la creatividad de poder diversificar su oferta y, en este caso, el turismo minero es una posibilidad, sobre todo si lo vemos orientado a la integración de los atractivos que hay en el sur boliviano y en el oeste general. El desarrollo de redes implica la promoción de mecanismos de asociación que puedan establecer estándares que garanticen la calidad de los servicios, por tanto, mejorar la gestión a los proveedores. Y pensar en las ventajas de estar integrados en circuitos mayores, más grandes, exclusivamente intrarregionales. ¿Qué puede permitir esto? Primero, un complemento de la oferta convencional del borde costero que tiene en este caso la región minera nortina, desde la IV Región hasta la Región de Tarapacá. La oferta de sol y playa hoy día requiere de nuevas ofertas de productos turísticos. Los grandes ejes son tremendamente importantes si recordamos que solo a San Pedro de Atacama llegan 70 mil personas, a Uyuni otras 50 mil, más el desarrollo del turismo de “intereses especiales” en la zona suroeste de Bolivia y el sur del Perú. Esto hace que la zona norte del país sea muy atractiva, por lo que es importante captarla e integrarla. No cabe duda que un turista de larga distancia, tal como lo es un turista de “intereses especiales” que viaja a América Latina, a los destinos que ofrece la arqueología, la historia etnográfica, a sus montañas y naturaleza, es un individuo que debemos poder integrarlo dentro de nuestra oferta. Por lo general los viajes de larga distancia están dentro del promedio de siete a doce días o quince días, y son turistas que están dispuestos a pagar más que uno convencional. El turista de sol y playa gasta entre 30 y 40 dólares, mientras que el de “intereses especiales” está entre los 80 y 100 dólares. La industria crucero, que cae en el borde costero, puede asociar perfectamente su producto con los valles interiores. Chile no alcanza a tener un gasto diario entre 80 a 90 dólares, en circunstancias que el Caribe y todo Centroamérica tiene gastos de 200 dólares diarios y eso fundamentalmente se debe a que diversifica la oferta territorial. Diversificar la oferta turística incluyendo a la minería, permitiría incrementar el pool de actividades que uno puede hacer en una región. Complementar la oferta que tiene el borde costero con la oferta de los valles interiores, poder desestacionalizar la oferta balnearia del Norte Grande de Chile3 . En Chile hay ejes claves como Arica – La Paz – Iquique – Potosí; Antofagasta con todo el eje de Calama – Oyahue – Uyuni. Oyahue debe ser un centro distribuidor de viajes en torno al salar más grande del mundo. Tenemos mercados que van en paralelo y que podrían integrarse a la perfección. También ello es una oportunidad para recuperar el patrimonio tecnológico a lo largo de rutas temáticas, que van desde la explotación artesanal y precolombina de los maray, hasta la alta tecnología que tienen las grandes empresas mineras hoy día. Ahí hay un patrimonio generado a través de prácticas productivas y culturales, lo que significa una oportunidad para las poblaciones locales, específicamente al caso de las salitreras, y muy específicamente a las familias que están vinculadas a la minería. Sewel es un caso importante, donde las asociaciones de mineros son relevantes y deben incorporarse en esto. En el plano del desarrollo local, y desde el punto de vista productivo, el papel del turismo como encadenamiento productivo, cultural y territorial requiere de la participación del conjunto de los actores. Es decir, si no hay un territorio orientado y focalizado bajo una misma visión de desarrollo turístico, va a ser muy difícil que esfuerzos individuales o corporativos puedan ser exitosos. Hay que lograr generar en todos los niveles de toma de decisión, incluyendo a la sociedad civil, visiones dentro de las cuales el turismo sea un eje importante en la asignación de los recursos y en el apalancamiento de los recursos privados. La Región de Aisén asignó en el presupuesto regional una suma sobre los 10 mil millones de pesos para turismo en un período de cuatro años. Debo suponer que la cifra que tiene la Región de Antofagasta ha de ser superior a ella. Esa focalización de los recursos públicos del gasto corriente puede ser una base tremendamente potente para orientar un turismo de “intereses especiales” que complemente la oferta regional convencional y que pueda a su vez apalancar desarrollos privados complementarios en los sistemas más diversos que tienen los mecanismos de inversión.
Notas:
Solo El Teniente recibe cerca de 7 mil personas como turistas y entre 2 mil y 2 mil 500 personas de la educación básica y secundaria. 2) Hay que estar prevenido ante eventuales conflictos entre autoridades locales ante el turismo. Tongoy, balneario que se destaca por su producción de ostiones y ostras, atrae al turista que está interesado en conocer cómo se genera el crecimiento de las ostras, pero el empresario lo ve como una intromisión que perjudica su gestión y sus prácticas, perdiéndose una oportunidad para establecer una relación más estrecha y de intercambio con comunidades locales afuerinas. 3) Eso implica, de alguna manera, que Chile debe desarrollar un turismo basado en su patrimonio minero y geológico en su naturaleza. Hay un mercado de larga distancia y también un mercado nacional y regional importante que está dispuesto a realizar actividades en torno al tema minero. Antes se mencionaba que solo los buscadores de piedras minerales en la costa oeste de EE.UU. son casi 250 mil. La visita a los parques temáticos mineros en dicho país duplica la visitación de todo el sistema de parques de Chile, o sea, que está por sobre el millón 800 mil personas, entre ellos la misma Braden Copper Company tiene un parque temático en Alaska que replica en buena parte toda la arquitectura de Sewel.( Fuente: Cipma)