Fuertes de la Guerra de Arauco reconstruyen sus baluartes y atraen turismo

fuertesCuando, en 1604, los hombres de Alonso de Ribera construyeron el fuerte de Nacimiento, tenían como objetivo aguantar las arremetidas mapuches en el Biobío. Dos años antes habían tenido que abandonar todas las ciudades al sur de este río y la idea del Capitán General fue mantenerlos a raya con un sistema defensivo. Más al sur, en Valdivia, los españoles levantaron otras fortificaciones para contener a los piratas que asolaron las costas chilenas por más de un siglo.

Este sistema, uno de los más complejos en las colonias hispanas, cayó en desuso. De hecho, los fuertes más importantes del Biobío -Guadalcázar, en Santa Juana; Tucapel, en Cañete; La Planchada, en Penco, y el de Nacimiento- sufrieron daños con el terremoto de 2010, que en la mayoría de los casos aún pueden notarse. Ni hablar de los de Colcura, Lota y Los Ángeles, de los que apenas quedan notas sobre su ubicación.

En Nacimiento hay una iniciativa que busca reconstruir los baluartes del fuerte. Tal cual, según informa el alcalde de esta comuna, Hugo Inostroza.

«Este año vamos a licitar la recontrucción de uno de los baluartes del fuerte, que se dañó con el tiempo. Es un trabajo pendiente desde la última restauración, en 2012», afirma la autoridad comunal.

Ese año, y siguiendo la técnica del siglo XVIII para fabricar ladrillos, se restauró parte del fuerte de esta comuna. A esta iniciativa, agrega el alcalde, se suman otras. «Queremos construir un parque en torno al fuerte, de una hectárea, y para ello tenemos contemplado, incluso, expropiar terrenos donde se construyó, y que no dejan que se vea», indica Inostroza.

Al baluarte en Nacimiento se sumarán restauraciones en Santa Juana y Penco. Esto, a través de fondos de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, que totalizan $280 millones y que se licitan este año.

En Valdivia, el Museo de Sitio Castillo de Niebla sufrió una completa renovación, con la que ha incrementado su cantidad de visitantes.

Entre las mejoras se creó un sistema de pasarelas metálicas de 600 metros que «guían» el recorrido por los sectores habilitados del recinto. El director del espacio, Ricardo Mendoza, precisó que tras las remodelaciones -que se iniciaron a mediados de 2012 y concluyeron a fines de 2014-, la entrada al museo de sitio se volvió liberada, lo que produjo un aumento significativo de las visitas. «Producto de eso, cuando abrimos en 2015, crecimos casi al doble, recibiendo aproximadamente 300 mil personas», dijo. Esta remodelación tuvo un costo de $3.602 millones, que fueron aportados por la Subdere, y los trabajos concluyeron en 2015.

A su vez, y para revivir la historia en estos espacios, el Sernatur lanzó en el Biobío una serie de recreaciones históricas (ver relacionado).

$280
millones destinará el MOP para reparar tres fuertes en la región del Biobío.

Ocho
fortificaciones de la línea defensiva del Biobío están catalogadas como Monumento Histórico.

$3.062
millones costó reparar los fuertes de Corral, en Los Ríos. Los trabajos se hicieron en 2015.( El Mercurio )

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