Las montañas, el vino y los paisajes. La identidad de Chile suele estar relacionada con estos elementos y muchas veces, solo basta con decir que se nació en este lado del planeta para que los extranjeros hagan esta relación.
Sin embargo, hay también un suceso que ahora forma parte del imaginario que el resto del mundo tiene sobre nuestro país: los 33 mineros de la mina San José.
Esta historia repletó las portadas de todo el mundo hace casi seis años y sirvió, además, de inspiración para el libro «En la oscuridad».
La obra, que fue escrita por Héctor Tobar, periodista estadounidense y ganador de un premio Pulitzer, derivó en un filme protagonizado por Antonio Banderas. La película tuvo un auspicioso debut en Estados Unidos, donde en su primer fin de semana recaudó más US$ 5,8 millones. En tanto, en nuestro país la producción fue vista por un millón de personas.
Sin embargo, estas cifras no fueron lo suficientemente buenas y según la directora de la cinta, Patricia Riggen, el filme recaudó poco más de US$ 25 millones en total, monto que solo alcanzó «para costear los gastos de producción».
«Para mí fue una pena», explicó la cineasta, disminuyendo las expectativas que aún tienen los mineros de obtener ganancias gracias a la cinta.
Visiones encontradas
«Realmente, me gustó la película. Fue fiel al mensaje central del libro y de la historia de los mineros tal como yo lo entendí: que, concretamente, es una historia de amor», dice Héctor Tobar desde Estados Unidos, detallando que en ese país la producción se estrenó en 2.400 cines.
«Un hecho insólito para una película que trata con temas latinoamericanos: eso en sí fue un logro», agregó.
Pero a su juicio, ¿por qué esta reconocida historia no atrajo tantos espectadores?
«Tal vez el público norteamericano tiene otra visión de la cultura latinoamericana. El elenco fue sorprendente -con actores españoles, mexicanos, filipinos, brasileños, irlandeses y una actriz francesa-, pero creo que eso le restó autenticidad. Sin embargo, hay que reconocer que los productores estaban en una posición difícil: si hubieran hecho la película con un elenco de latinos y en español, tampoco hubieran logrado una gran audiencia», agrega Tobar.
Ganancias mineras
Las declaraciones de la directora mexicana no cayeron bien entre los verdaderos protagonistas del rescate, pues con estos dichos, varios asumen que la posibilidad de obtener ganancias ya no están muy claras.
«Hay asuntos legales pendientes y profesionales que nos tienen que dar todavía una explicación. Ahora, a nosotros nos dijeron que en el año 2017 vendrían los resultados finales de la película (…); sin embargo, me parecen burlescas la declaraciones de la directora, porque ella y su equipo ya están asegurados», dice Mario Sepúlveda, el más mediático de «los 33», detallando que tampoco recibieron ganancias con el libro de Tobar.
«Ahora, si no hay resultados con la película el próximo año, ahí van a saber de Mario Sepúlveda otra vez», agrega, lanzando una exclusiva: a fines de agosto pretende publicar su propio libro con la historia que vivió en la mina San José.
Más al norte, en Copiapó, vive y trabaja Luis Urzúa, el jefe y último de los trabajadores en ser rescatado desde las profundidades.
«Yo dije desde un principio que la película era mala», sentencia el minero que ahora trabaja en Sernageomin.
«Nosotros teníamos que recibir cerca de US$ 800 mil por los derechos de la película. Pero los abogados que nos asesoraron se apropiaron de nuestra sociedad y, por lo tanto, toda la plata ha llegado a sus manos. A nosotros nos han dado lo mínimo», explica, entregando detalles de una pugna legal que él y un grupo de nueve mineros más, representados por el ex fiscal Alejandro Peña, mantiene contra la oficina del abogado Remberto Valdés, por supuestos «incumplimientos».
Sin embargo, desde el estudio legal informan que «todos los ingresos que ha tenido el proyecto se han distribuido conforme al contrato (…), y ninguna de las rendiciones de cuenta ha sido jamás objetada por PIM (la sociedad que agrupa a los mineros) a través de sus órganos representativos y sus propios asesores, legales y contables».
En tanto, el minero Carlos Barrios desconfía de la versión de la cineasta y afirma que este fin de semana se reunirá junto a sus ex compañeros para analizar las acciones a seguir.
«Yo no creo que no haya ganancias. Ellos tienen que rendirnos cuentas. Nos adelantaron algo antes de comenzar la película, pero el compromiso era que también nos iban a pagar después. Así es que la directora no puede decir eso sin antes mostrarnos los papeles, y yo creo que se va a viajar a Estados Unidos para pedir explicaciones. Todo con papeles y contabilidad», remata.( El Mercurio )