Dirigentes sindicales coinciden que hoy está más capacitado, informado y con aspiraciones de seguir creciendo laboralmente.
Sin duda, el perfil del minero ha ido evolucionando a la par de la industria cuprífera. Hoy sus demandas, necesidades y aspiraciones no son la mismas de hace 20 años y toma fuerza su interés de sumar más conocimiento e información y queda en el pasado la lucha social y grupal.
Su alegría perdura y traspasa generaciones y cargos que desempeñan. Una característica, dicen ellos, que esperan nunca desaparezca, pues es la esencia de todo hombre o mujer que cumple funciones en la minería.
Para Miguel Carreño, presidente de Sinatracch, el trabajador actual ya no es el clásico minero, se agrega el operador, el hombre o mujer polifuncional más capacitado que generaciones anteriores y que a pesar de esto está en una búsqueda constante de sumar cada vez más herramientas para su óptimo desempeño.
Esta característica es compartida por Cristián Palma, vicepresidente del Sindicato Unificado Sewell y Mina, quien agrega que hoy el minero está más informado y “tremendamente preocupado de su desarrollo”. El dirigente explica que “tiene muchas proyecciones, con una sana ambición, son mejores administradores de sus dineros”.
Su salario, al igual que en tiempos pasados, sigue siendo una preocupación, por lo mismo ha mutado hacia el montaje: “Requieren desarrollarse, piden cancha, crecer; ya un compañero no resiste estar mucho tiempo con el mismo nivel de sueldo, exigen crecer porque sienten que su aporte es muy grande”, asegura Palma.
Otra de las atenciones de los mineros es la labor que en la actualidad cumplen las mutuales de seguridad. Para Miguel Carreño es primordial que se preocupen más por el trabajador, ya que “hay muchos que están saliendo enfermos por silicosis o sordera, por ejemplo (…). La mayor parte de los mineros está sobre los 50 años, entonces les cuesta mucho buscar trabajo y las mutuales de seguridad están dejando muchos afuera porque los equipos que tienen están obsoletos”.
Para Cristián Palma hay otra característica que destaca a los mineros en la actualidad: su cumplimiento con la labor encomendada, lo que ha tenido como consecuencia positiva menor ausentismo que antes.
Pero la evolución no ha tenido solo consecuencias positivas. A juicio de Palma hoy también se refleja un minero con “menos empatía, participación. Reacio a participar, por ejemplo, en el ámbito sindical”. Asegura que esto de a poco está cambiando.
Para concluir sostuvo que “el minero es muy alegre, si hay algo que cruza a toda la minería de antes y ahora es esto. No se ha perdido porque es parte de la esencia del minero”.( Fuente: El Tipógrafo )