Andrés Rebolledo, Ministro de Energía.
El sector energético chileno explica cerca del 3% del PIB. Sin embargo, este indicador no revela toda su importancia, ya que la energía es un insumo fundamental para el crecimiento económico, lo cual se refleja en que 16,4% del consumo intermedio nacional, definido como todos los bienes y servicios consumidos en el proceso productivo, corresponde al sector.
El sector energético chileno está atravesando una profunda transformación, como no se había visto en décadas. Actualmente el sector es más competitivo, sustentable y confiable. Parte de esta transformación se encuentra en línea con lo que ocurre a nivel mundial. En efecto, mientras la Agencia Internacional de Energía prevé un escenario con precios de petróleo y gas recuperándose lentamente, las energías renovables seguirán aumentando su participación en la matriz energética impulsadas por menores costos en las tecnologías solares, eólicas y de almacenamiento.
Es muy significativo destacar que por dos años consecutivos la energía lideró la inversión en Chile con US$ 5.691 millones y US$ 6.379 millones en 2015 y 2016, respectivamente. En 2017 continuará una fuerte inversión en el sector, impulsada por la construcción de más de 2.200 kilómetros de líneas de transmisión por un valor de US$ 2.400 millones, y 52 centrales eléctricas por US$ 8.800 millones. Parte de este boom corresponde a la interconexión SIC-SING, que estará disponible en el primer trimestre de 2018, lo que permitirá disponer de un sistema eléctrico único de Arica a Chiloé y que, además, facilitará la incorporación de energía renovable, especialmente la localizada en el norte de nuestro país. Más aún, como ya se ha observado, estamos exportando energía a Argentina y lo seguiremos haciendo el próximo año.
Las energías renovables no convencionales seguirán compitiendo en condiciones de igualdad con las energías convencionales. Así, nuestra matriz eléctrica avanzará en su proceso de diversificación, con menores costos y cumpliendo nuestros compromisos internacionales de reducción de emisiones de CO2.
Los cambios normativos en generación y transmisión eléctrica están alineados con la transición energética, por lo que el desafío será poner en marcha los reglamentos y procedimientos necesarios para que se cumplan adecuadamente. Habiendo avanzado con estos segmentos del mercado eléctrico, es hora de enfocarse en el consumo de energía. 2017 será el año de la distribución eléctrica, con el proceso participativo para el desarrollo de una normativa adecuada a los cambios que están y van a ocurrir en el sector. Pero el cambio en el sector no puede ser solo eléctrico y es por ello que la eficiencia energética tomará la posta con modificaciones significativas en la manera en que consumimos nuestra energía. Siendo este el Año de la Productividad, en energía, nada habla más de productividad que un uso eficiente de ella.
En suma, estamos comprometidos con potenciar las fuentes de energía y hacerlas más eficientes para apoyar el crecimiento; pero al mismo tiempo impulsamos la diversificación de las fuentes de energía, tanto para disminuir los efectos negativos de las emisiones de CO2 en la salud de los chilenos como para cumplir nuestros compromisos con el medio ambiente.