El Consejo de Pueblos Atacameños asegura que no hay estudios ni información que establezcan con certeza el estrés hídrico de la zona en que habitan 18 comunidades originarias que conviven con cuatro operaciones extractivas.
El Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), que aglutina a las 18 comunidades originarias que habitan la cuenca del salar de Atacama, asegura que la falta de información respecto de la disponibilidad de agua, producto de las labores extractivas de las empresas mineras presentes en la zona (SQM, Albemarle, Minera Escondida y Zaldívar), es la principal vulnerabilidad de este sector y en particular de los sistemas lacustres Soncor, Quelana, Peine, Tebenquiche, Cejar y Chaxa.
No hay información
La hidrogeóloga del Consejo, Mariana Cervetto, asegura que una de las principales vulnerabilidades de esta zona proviene de la falta de estudios y datos disponibles que permitan evaluar el nivel de estrés hídrico de las cuencas.
«De esta forma, todo el territorio que encierra la cuenca salar (zona de descarga) y las cuencas alto-andinas (zona de recarga) corresponden a los sectores considerados vulnerables a la extracción de agua y salmuera, aunque deben considerarse como prioritarios los sectores poblados y sagrados, sistemas lacustres en salares, bofedales, humedales y bosques, que sustentan una biodiversidad única y muy visitada», explicó la profesional.
Cervetto agregó que «la cuenca es el área de influencia a considerar, que permite modelar y comprender el funcionamiento hídrico. Hay que imaginar el agua superficial y subterránea local como un sistema interconectado».
En este contexto, dijo que la extracción de salmuera para la obtención de sales de litio podría estar afectando el normal funcionamiento de sistemas lacustres tales como Soncor, Quelana, Peine, Tebenquiche, Cejar y Chaxa, ubicados todos hacia el margen del salar y afectando la inmensa biodiversidad asociada, como las poblaciones de flamencos, por ejemplo.
«La empresa SQM bombea cientos de litros por segundo a partir de pozos ubicados al este del salar, y en consecuencia existen ahora descensos importantes de los niveles de agua subterránea, afectando a las comunidades indígenas locales y secando algarrobos de manera progresiva. Por esta y otras causas existe un proceso sancionatorio en contra de la empresa SQM, donde la Superintendencia de Medio Ambiente indica seis infracciones. Las mineras Escondida y Zaldívar en su conjunto extraen más de 1.500 litros por segundo (l/s) para sus operaciones afectando la recarga al sur del salar donde se ubica el sistema lacustre Peine», detalló la hidrogeóloga.
Sectores más sensibles
Consultada sobre los riesgos que corren estos sectores, desde el punto de vista medioambiental, la experta detalla que «la sobreextracción de agua tiene como consecuencia que puedan secarse los ríos, esteros y pozos de agua subterránea que abastecen a las comunidades. También se están en riesgo los cursos de agua y los sistemas de lagunas que alojan flora, vegetación, fauna y avifauna. De esta forma, si no hay disponibilidad de agua, no hay forma de habitar la cuenca», advirtió.
Corvetto, consultada sobre qué basan su afirmación que el sector Tilopozo-Pajonales se encuentra sobre explotado seis veces, especificó que esto consta en «la Resolución Nº13 de la Dirección General de Aguas (DGA), que con fecha 22 junio del año 2018 declara zona de prohibición para nuevas explotaciones de agua subterránea a ese sector de aprovechamiento hidrogeológico, que también es denominado C2».
«La DGA, continuó, se ha basado en 3 informes técnicos de la misma entidad, y en los artículos 63 y 64 del Código de Aguas, artículos 35 y 36 del DS Nº203 y la resolución Nº1.600 de la Contraloría General de la República. Básicamente, la demanda de aguas comprometidos supera con creces la oferta total, y en ese cálculo se determina que la sobre-demanda supera seis veces la oferta. De esta forma se hace evidente el estrés hídrico en el sector sur del salar de Atacama».
«VEMOS DAÑOS IRREVERSIBLES»
Manuel Salvatierra, presidente del CPA: «Hace 25 años que vemos daños irreversibles en toda la cuenca del salar de Atacama afectando directamente las vegas y bofedales, desde el sector sur del salar, que ahora se está haciendo más visible. En lado norte principalmente en las lagunas y los ayllus más cercanos, los cuales concentran bosques de chañares, algarrobos y otros arbustos, que alimentan la vida en zonas de pastoreo que se utilizan de tiempos inmemoriales y que está terminando con esta actividad aceleradamente tanto en el sector sur como en el norte».
«EL SALAR NO ES UN SOLO ELEMENTO»
Sergio Cubillos, presidente comunidad de Peine: «La gran extensión de la cuenca del salar no permite unificar la cuenca como un solo elemento lo que conlleva a la subdivisión, en donde el lado sur cuenta con sectores sensibles, como son las lagunas del sistema hidrológico de Peine y las lagunas La Punta y La Brava por contener un ecosistema rico en biodiversidad como son las especies protegidas y el reciente descubrimiento de cianobacterias de interés científico. A esto se suma las vegas de Tilopozo que en 20 años se ha visto disminuido su cobertura vegetal así como el aumento de PH de los suelos».( ElMercurio de Calama)