Las perspectivas para el litio en los próximos años lucen favorables de la mano de la electromovilidad.
El éxito de Tesla -cuya capitalización bursátil hace algunos día bordeó los US$800 mil millones, ubicándola como el fabricante de automóviles más valioso del mundo y más que duplicando el valor conjunto de sus competidores más cercanos, Volkswagen y Toyota- y la necesidad de avanzar hacia tecnologías más verdes están atrayendo a los gigantes de la industria automovilística que buscan una tajada de este prometedor mercado.
Parte de esta carrera involucra tomar posiciones en la fabricación de baterías, pieza clave de los vehículos eléctricos, y por supuesto en el litio, que es su componente clave. Esto explica los recientes acuerdos suscritos entre firmas automotrices y tecnológicas. Para marzo se espera que las conversaciones que Hyundai Motors y Apple reconocieron hace un par de semanas se cristalicen en un acuerdo, en virtud del cual la coreana concretaría a partir de 2024 la fabricación del esperado AppleCar. A esto se suma el acuerdo entre el fabricante de automóviles chinos Zhejiang, Geely y la taiwanesa de tecnologías y proveedora de Apple, Foxconn.
Pero el interés de las automotrices va más allá e incluye acceder directamente al suministro de litio.