Un positivo escenario planteó el Banco Central para el precio del cobre dentro de los próximos 10 años. En el contexto del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, el emisor anticipó que la favorable racha que ha tenido hasta ahora el metal rojo continuará, aunque en menores niveles. Así, proyectó que se ubicará en US$ 3,3 la libra, subiendo desde los US$ 2,7 la libra previstos con anterioridad.

A su vez, la entidad ajustó a la baja su perspectiva para el precio del barril de petróleo crudo para el mismo lapso, desde US$ 70 a US$ 60 por unidad.

El Banco Central espera que la demanda de cobre asociada a la llamada “ola verde” aumente exponencialmente en los próximos 10 años, la que hoy corresponde sólo al 5%. Dicho crecimiento sería compensado por una menor demanda asociada al uso convencional, en la medida que China se movilice desde una economía impulsada por la inversión a una movida por el consumo.

La industria, en tanto, apuesta a que el crecimiento de la producción sea suficiente para satisfacer la demanda proyectada durante los próximos cuatro años, requiriendo desde allí el ingreso de nuevos proyectos. Hacia el 2030, no obstante, será necesario que ingresen nuevos proyectos, aún no comprometidos, para satisfacer el exceso de demanda esperado.

El Central precisa que los expertos esperan un precio real del cobre en torno a los US$ 3,3 la libra en 2030, lo que sería suficiente para equilibrar el mercado, pues incentivaría el ingreso de los proyectos necesarios para satisfacer el exceso de demanda proyectado hacia fines de esta década. Por lo demás, distintos organismos internacionales e instituciones especializadas han elevado en el último año el precio del cobre esperado dentro de cinco o 10 años más, situándose hoy en torno a ese valor.

Con todo, el ente rector precisó que el cálculo de los precios de largo plazo está sujeto a un elevado grado de incertidumbre.