«Es necesario que el sector público tenga en cuenta a los privados al definir políticas que impactarán en una determinada industria», dijo Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros.
El litio se ha convertido en el último tiempo en el principal producto de la minería no metálica y en una de las exportaciones chilenas estrella. Todo al alero del fuerte y constante crecimiento de la electromovilidad a nivel mundial, clave para alcanzar la tan anhelada transición energética.
Es en ese contexto que la línea base del plan anunciado por el Gobierno para explotar el llamado «oro blanco» apunta a que el Estado, paulatinamente, tome el control de toda la cadena productiva, ya sea en eventuales sociedades que se creen, o en alianzas para proyectos específicos, como por ejemplo, en el Salar de Atacama, el mayor yacimiento chileno. Así, cualquier privado que aspire potenciar la extracción del material estratégico en el país deberá, necesariamente, asociarse con Codelco o Enami, empresas a las que se les otorgarán contratos de exploración y explotación. La propuesta con la que se busca afianzar la posición de Chile en este mercado en expansión ha sido analizada con atención, incluso más allá de las fronteras. Y es que mientras en nuestro país se intenta avanzar en base a la preponderancia del control estatal, en paralelo la industria de «oro blanco» en Argentina se acrecienta, asomando como un contendor por el segundo puesto en la carrera global por el litio. Lo anterior, dado que Chile se posiciona actualmente como el segundo mayor productor de litio a nivel mundial (32%). Se ubica justo después de Australia (46%) y antes de China (10%) y Argentina (7%), según datos del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). Qué se comenta en Argentina ¿Cómo están viendo en Argentina la Estrategia Nacional por litio impulsada por la administración de Gabriel Boric? ¿Qué se comenta en el país vecino sobre la idea de que el Estado chileno tenga un rol preponderante en este segmento? ¿Cómo estaría evaluando el sector privado este plan y cuáles serían las repercusiones para la minería en la nación trasandina -considerando que junto con Bolivia y Chile, forma parte del denominado Triángulo del Litio-? Estas son algunas de las preguntas que respondió Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), en entrevista con Emol. -¿Cómo ven en Argentina la estrategia para impulsar la producción de litio en Chile? ¿Qué se comenta? ¿Cómo la evalúas? «Creo que, más allá de especular sobre cómo funcionará la estrategia chilena, desde Argentina podemos aportar la visión sobre cómo está funcionando la política minera en nuestro país para el sector del litio. Aquí, los recursos pertenecen a las provincias y la legislación permite a los privados acceder a concesiones para explorar y producir».
«Gracias a esto, Argentina ha logrado que los dos proyectos litíferos que hoy están en funcionamiento se encuentren finalizando importantes ampliaciones que multiplicarán su producción. Y hay actualmente 6 proyectos en construcción, que se estima estarán operativos alrededor del 2025». «A ellos se sumarán más de 20 proyectos que hoy están en distintas etapas de avance. El litio es actualmente el segundo recurso minero más exportado del país (por detrás del oro), en el contexto de una nación donde la minería es una industria joven, desarrollada en las últimas décadas». «Por otra parte, tampoco hay que perder de vista que con el litio la región cuenta con una ventana de oportunidad. Porque si bien es cierto que a partir de la electromovilidad y el crecimiento de las energías limpias se espera un incremento mundial de la demanda, existen otros países capaces de satisfacerlo». -¿Cómo considera que se posiciona Chile con esta estrategia en la carrera por el litio? ¿Cómo crees que la ven los privados? «Habrá que ver cómo juega sus cartas Chile y cómo lleva adelante sus políticas mineras. Como premisa general, tanto en Chile como en Argentina es necesario que el sector público tenga en cuenta a los privados al definir políticas que impactarán en una determinada industria. Chile deberá analizar cómo logra generar certezas y mecanismos claros para seguir atrayendo inversiones en litio, con el objetivo de no perder mercado frente a otros players». La opción «mas abierta» para privados -¿Cómo podría repercutir en Argentina la implementación de esta estrategia por litio en la industria chilena? «Por un lado, esta decisión abre una oportunidad para Argentina, de mostrarse dentro del ‘Triángulo del Litio’ como la opción más abierta a la inversión privada. Y por otro lado, al formar parte de una misma región, creo que nuestro país deberá ser claro y generar certezas sobre cuál es el modelo de desarrollo que seguirá, hoy y a futuro. Porque en nuestro país también hay sectores que son más afines a modelos con mayor estatización. Y esto, sumado a cambios normativos e impositivos que a veces se generan motivados por la coyuntura macroeconómica, genera dudas a los potenciales inversores». -¿Cuáles son los planes en Argentina para el litio? ¿Cómo funcionan las reglas para los privados que busquen explotar litio en tu país? «En Argentina, los recursos minerales pertenecen a las provincias y la legislación permite a los privados tramitar concesiones de las propiedades mineras para explorar y producir. Las concesiones mantienen su validez en el tiempo, en tanto las empresas cumplan con las condiciones de conservación y de desarrollo que imponen el Código de Minería y la autoridad minera, a través de las Declaraciones de Impacto Ambiental».
«En litio, Argentina es el segundo país del mundo en cuanto a reservas, y el cuarto productor, con posibilidades de ser tercero en el mediano plazo, gracias a los proyectos más avanzados. Actualmente produce alrededor de 40.000 toneladas de carbonato de litio anuales, que podrían triplicarse hacia 2024/25 a 120.000 toneladas, superando a China». «Nuestro país debe aprovechar el contexto de cambio de paradigma energético para consolidar una industria del litio dinámica y basada en los más altos estándares de calidad internacional, tanto en lo productivo como en lo sustentable».
Fuente: Emol