Sewell, un monumento nacional Patrimonio de la Humanidad
En la ladera del Cerro Negro, en la Cordillera de los Andes, justo frente a la ciudad de Rancagua y a más de 2.100 metros de altura, se construyó a principios del siglo XX, el pueblo minero Sewell. Una de las principales características de esta ciudad es la ausencia de calles. La que fuera su calle principal o accesos principal era una gran escalera. La llamada ciudad de las escaleras, alojó a los mineros y empleados que trabajarón en la que fue la mina subterránea más grande del mundo, El Teniente.
En 1905, el Ministerio de Hacienda chileno autorizó la instalación en Chile de la empresa norteamericana Braden Copper Company, para explotar el yacimiento, y lo que comenzó siendo un pequeño campamento, acabó convertido en una pequeña ciudad con más de cien edificios multicolores en los que vivían los mineros, y chalets, conocidos como el Barrio Americano, en el que se alojaban los técnicos estadounidenses y sus familias.
La ciudad de Sewell creció con un hospital, el más moderno de Sudamérica en su época, un Parque de Bomberos, un Palacio de los Deportes, clubes sociales, un cine, tres escuelas industriales, una Iglesia, una bolera y una piscina climatizada, todo al abrigo de la floreciente industria minera que crecía como la espuma.
Hoy, las huellas que dejaron los mineros, su estilo de vida y los edificios de aquella ciudad son un atractivo que no te puedes perder. El legendario campamento minero con más de 100 años de historia, esta a tan solo 150 kilómetros de Santiago.
Sewell es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su valor histórico y cultural, y un Monumento Nacional protegido y preservado. Este pueblo minero fantasma, único en el corazón de la cordillera de los Andes, fue durante casi un siglo, el principal campamento de la mina de cobre.
Del poblado original, hoy solo queda el centro de la ciudad, pues en gran parte fue desmantelada y demolida a principio de 1980. Es posible visitar la ciudad en tours turísticos que parten desde Rancagua.
En la actualidad, en Sewell siguen operando unas pocas instalaciones industriales, y se puede acceder por un tramo de la Carretera El Cobre. En el campamento permanecen en pie unos 50 edificios originales, que están siendo restaurados y el Museo de la Gran Minería del Cobre, un recorrido por la importancia histórica, social y económica de lo que fue la industria del cobre, entre los años 30 y los 60, con una exposición de fotografías, documentos, mapas, materiales geológicos e instrumentos.
Para visitar Sewell hay que coordinar la visita con alguno de los cuatro operadores turísticos que trabajan en conjunto con Codelco, la compañía dueña del complejo.
Fuente: Viajestic/Marta Rivas