Por Andrés Rebolledo. La posibilidad de disponer de los recursos geotérmicos, los que podrían llegar a unos 2.100 MW para electricidad, es un desafío.
Chile es conocido por nuestros laureados poetas, nuestros excelentes vinos y nuestras maravillas naturales, entre muchas cosas. A estos se suma, cada vez con mayor fuerza, el reconocimiento internacional como un país de energías renovables.
Nuestro potencial solar es destacado continuamente. Dado que el 60% de la capacidad instalada solar en América Latina se encuentra en nuestro país, es justo el calificativo de Chile como la Arabia Saudita solar. Pero nuestro potencial renovable va mucho más allá que aquello. La energía de los vientos tiene un peso creciente en nuestra matriz energética disponible a lo largo de todo el país. Nuestros ríos nos han provisto históricamente de energía limpia y sustentable, y la biomasa aporta tanto al suministro eléctrico como a cubrir nuestras necesidades de calor.
Desde hace algunas semanas una nueva fuente de energía renovable se ha incorporado a nuestra matriz de generación eléctrica. En la comuna de Ollagüe, Región de Antofagasta, se ha puesto en operación la primera central geotérmica a escala comercial de Sudamérica. Anualmente proveerá energía eléctrica equivalente a 165.000 hogares, con una potencia instalada de 48 MW. La central Cerro Pabellón fue inaugurada por la Presidenta Michelle Bachelet y es el proyecto geotérmico a mayor altura en el mundo (4.500 msnm), llevado adelante por Enel Green Power y la empresa estratégica de energía del Estado, ENAP, con una inversión estimada de US$320 millones.
Este proyecto además es la concreción del nuevo rol de ENAP y su participación en el sector de generación eléctrica, ampliando su acción a las energías renovables y poniendo más competencia en el sector eléctrico, un factor clave en la transición energética que estamos llevando a cabo y que nos llevará hacia una matriz más eficiente, económica y sustentable.
La posibilidad de disponer de los recursos geotérmicos existentes en el país ha sido un sueño por muchos años. Según estimaciones que hemos realizado en conjunto con las empresas del sector, pueden existir 2.100 MW aprovechables de generación eléctrica geotérmica, que podrían brindar energía limpia y de manera constante.
Para apoyar esta fuente de generación, a solicitud del Gobierno de Chile, el BID con financiamiento de la cooperación internacional implementó un mecanismo para mitigar los riesgos en la perforación de pozos, punto crítico para el desarrollo de esta fuente energética. El mecanismo fue aprovechado por los desarrolladores de Cerro Pabellón y sigue disponible para otros proyectos.
También se han dispuesto en las licitaciones de suministro para distribuidoras condiciones que reconocen las especificidades de los proyectos geotérmicos, de manera que puedan competir por contratos de largo plazo incluso antes de tener la confirmación de la capacidad del campo geotérmico.
Actualmente, el Ministerio de Energía conduce una mesa público-privada, donde participan representantes de la academia y de la industria geotérmica, cuyo objetivo es generar un diagnóstico común sobre eventuales costos y beneficios para el sistema eléctrico de proyectos geotérmicos y sus oportunidades de desarrollo en el país. Asimismo, el ministerio impulsa un programa para promover el desarrollo de aplicaciones de uso directo de recursos geotérmicos de baja y media entalpía, para el autoconsumo en distintos sectores. Ambas iniciativas cuentan con el apoyo del Banco Mundial.
Tenemos como meta a 2050 alcanzar que al menos un 70% de nuestra matriz energética sea en base a recursos renovables. Los escenarios energéticos proyectados por el ministerio indican que en algún caso podemos incluso superar dicha meta, llegando al 90% en las próximas décadas, con una fuerte participación solar.
Como país nos hemos embarcado en el desafío de ser líderes en la transición energética por la que el mundo está caminando, y para ello necesitaremos de todas las fuentes energéticas renovables que puedan aportar a una matriz eficiente y segura.
Esta será una tarea de largo aliento, y requiere del compromiso de las actuales y futuras autoridades. En esto no debemos perder el norte, pues sólo la continuidad de las exitosas políticas que hemos aplicado en el sector energético durante la administración de la Presidenta Bachelet nos permitirá cumplir con nuestro anhelo.
Pronto podremos decir que Chile es el país donde todas las energías renovables están presentes, aportando al desarrollo sustentable de todos los chilenos y dejando un mundo mejor para las futuras generaciones.
*El autor es ministro de Energía.( Pulso)