POR JAVIER RUIZ DEL SOLAR, director ejecutivo del Centro AMTC, Universidad de Chile.
La minería chilena presenta desafíos tecnológicos de gran envergadura que necesitan ser abordados para mantener e incrementar nuestra actual producción frente a un escenario de leyes decrecientes, yacimientos cada vez más grandes, escasez de agua y energía, estándares ambientales más altos y comunidades cada vez más empoderadas.
Estos desafíos, en algunos casos con particularidades únicas, no pueden ser abordados exclusivamente por las empresas mineras, sino que requieren de la colaboración y articulación con otros actores, como son las universidades, centros de investigación y empresas proveedoras. Ello es consistente con la cualidad de virtuosa que se atribuye a la minería en el informe «Minería: Una Plataforma de Futuro para Chile». Este se refiere al hecho de que el trabajo conjunto entre las empresas mineras, sus proveedores y la academia, puede transformarse en un círculo virtuoso que permita el desarrollo de empresas proveedoras de clase mundial, empresas mineras más eficientes, productivas, amigables con su entorno y sus trabajadores, y centros de investigación que desarrollen conocimiento y tecnología de frontera.
La meta que se ha impuesto el país es contar, al año 2035, con 250 empresas proveedoras de clase mundial que exportan tecnologías y servicios intensivos en conocimiento con negocios ese año por un total de US$ 10.000 millones.
La constitución de este círculo virtuoso en la minería permitirá desarrollar tecnologías disruptivas desde Chile, las cuales requieren un trabajo más cercano y sinérgico entre el mundo académico y la industria, así como entre las empresas mineras y sus proveedores.
Innovación tecnológica
Investigación básica, investigación aplicada, desarrollo tecnológico y escalamiento son etapas fundamentales dentro del proceso innovación tecnológica, usualmente conocido como I+D+i. En nuestro país existe una larga tradición en el ámbito de la investigación básica, cuyo objetivo fundamental es la generación de nuevo conocimiento, usualmente en forma de artículos científicos. La investigación aplicada y el desarrollo tecnológico han progresado y se han fortalecido en los últimos años gracias al apoyo de programas de financiamiento gubernamentales. Esto ha permitido la generación de patentes y prototipos tanto en empresas como en universidades.
Sin embargo, un prototipo no es un producto; un largo camino debe ser recorrido para generar un producto a partir de una patente. Así, el desafío actual radica en el cuarto y último componente del proceso de innovación, el escalamiento, es decir, en cómo transformamos prototipos y patentes en productos finales que puedan ser utilizados en la industria minera y que puedan ser exportados. Las dificultades son muchas, pero deben ser abordadas. Entre otras destacan (i) la necesidad de una comunicación más fluida entre empresas y centros de investigación, (ii) mecanismos de financiamiento ágiles y flexibles que permitan financiar las actividades de escalamiento y (iii) centros de pilotaje que permitan probar y validar las distintas tecnologías.
Desde el Centro Avanzado de Tecnología para la Minería, AMTC, de la Universidad de Chile, hemos impulsado el desarrollo de tecnología minera en un amplio espectro de áreas -exploración y evaluación de yacimientos, diseño y planificación minera, automatización y robótica, procesamiento de minerales y metalurgia extractiva, sustentabilidad ambiental- y hemos colaborado activamente en proyectos con empresas mineras y empresas proveedoras.
Buscamos que la frase «Tecnología para la minería hecha en Chile» no sea solo un slogan, sino una realidad que todos ayudemos a construir. Estamos abiertos a desarrollar iniciativas colaborativas con empresas mineras, proveedoras de la minería y otros centros de investigación, así como a contribuir con nuestras ideas y experiencia al desarrollo de mecanismos efectivos de colaboración y a la consolidación del círculo virtuoso.( El Mercurio)