La exploración es una apuesta arriesgada, pues la mayoría de las iniciativas termina sin descubrimientos y con rentabilidades en rojo. «De cada 10 proyectos de exploración, solo uno logra materializarse», señala Andrés Definis, gerente de Geología de Minera Mantos de la Luna. Sin embargo, dar con algún hallazgo puede significar multiplicar por 10 o más la inversión inicial.

Para ir reduciendo los riesgos, los proyectos de exploración son reevaluados en períodos cortos, generalmente trimestrales. «Vas pasando a la etapa siguiente solo si te está yendo bien», explica Ignacio del Río, de Minera Activa. En la medida en que se perfora más profundo, también suben los costos. «Hay que aumentar los niveles de inversión para entender mejor las características de lo que se está encontrando», agrega Rafael Donoso, de Asset Chile.

Raúl Dagnino, de Terraservice, cuenta que los tiempos de exploración han cambiado con la desaceleración: «Antes de la caída del mercado era habitual ver contratos de tres a cinco años, hoy en día tienden a durar menos de un año».

( El Mercurio )