El proceso que se inició el martes 16 de octubre con el ingreso del proyecto a evaluación, ya avanzó una etapa al ser admitido a trámite por el Servicio de Evaluación Ambiental. Si se aprueba el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Rajo Inca y se obtienen todos los permisos sectoriales necesarios, su etapa de construcción debería empezar en el primer semestre de 2020.
Santiago, 23 de octubre 2018.- El Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA) declaró admisible el EIA de Rajo Inca, proceso indispensable para poder continuar con las siguientes etapas de este proyecto que, de ser aprobado, extenderá la vida útil de División Salvador por 40 años.
El proyecto estructural Rajo Inca implica una inversión de US$ 1.000 millones en División Salvador, para extender su vida útil más allá de 2021, año en que se agotan las reservas de sus actuales faenas. Esto permitirá, además, aumentar en 50% su producción respecto de los niveles actuales (el proyecto promete aumentar la producción anual de 60 mil toneladas de cobre fino a 90 mil), mediante la explotación a rajo abierto de más de 900 millones de toneladas de nuevas reservas.
Las actuales faenas sólo tienen recursos para continuar produciendo de forma subterránea hasta 2021, por lo que su inminente agotamiento implicaría el cierre de la división. Cambiar el método de extracción a rajo abierto, por lo tanto, es urgente, pues es la única manera de mantener vivas las operaciones.
Beneficios adicionales
Entre otros beneficios, Rajo inca contará con elevados estándares mineros, lo que permitirá un desarrollo sustentable del negocio. Para esto, la división está preparando desde ya la transformación operacional, de procesos y cultural que requiere implementar como paso ineludible para el aumento de su productividad en un 50%, y de esa forma viabilizar el proyecto que cuenta con una ley del mineral de 0,59%.
Además, durante la construcción y en su fase de mayor demanda se proyecta una empleabilidad de casi 2.000 personas.
Rajo Inca será un potente motor de la economía y del crecimiento de la región. Su contribución a la tasa de ocupación directa e indirecta se calcula en 8,9% en las comunas de Diego de Almagro y Chañaral durante la vida del proyecto; el aporte al Producto Interno Bruto Regional promediaría 3%, mientras que el aporte al país sería igualmente importante, pues por cada dólar invertido en Rajo Inca se generarían 6,2 dólares adicionales para la región y para Chile durante la vida útil del proyecto.